Foto: @patrihorrillo | CC BY/SA |
Conscientes del impacto visual de una concentración de estas características, asistido por un potente dispositivo policial (9 furgones) y augurando el éxito del efecto llamada de diversos colectivos ciudadanos, la proliferación de medios con cámaras de fotos y de televisión, micros de todos los colores y grabadoras, ha resultado cuanto menos impactante; y su presencia, fue más evidente aún cuando el coordinador general de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, decidió cambiar su estatus de “presencia a título personal” por otro tipo más protagonista, lo que provocó una explosión de indignación entre los asistentes.
El día anterior, los convocantes le dijeron a Lara que cualquiera que deseara participar en la concentración sería bienvenido siempre que no viniera en representación de ningún partido político. Cuando los manifestantes vieron que Lara empezaba a hacer declaraciones a los medios, se gritaron consignas de rechazo a su presencia y las cámaras han localizado el nuevo objetivo. Todos se han apresurado a enfocar al representante de IU y el epicentro de la concentración ha cambiado de lugar: ahora la noticia era que un político era abucheado, otra vez.
La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Madrid realizó la convoctaria que fue secundada y difundida por diversos colectivos surgidos del movimiento del #15M así como por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM). Este llamamiento dio sus frutos, ya que congregó a más de 500 personas delante del domicilio de Anuar, un padre de familia de 55 años que lleva dos en el paro y no puede afrontar los pagos de la hipoteca que contrajo con el BBVA. Anuar, a punto de sufrir una orden de desahucio, ha visto cómo el apoyo de sus vecinos conseguía aplazar la orden de desahucio que recaía sobre él y su familia, aunque lo medios hayan conseguido desviar los titulares.
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