Plaza de Lavapiés. Foto: @patrihorrillo | CC BY/SA |
ADICAE es una plataforma con más de 10 años de recorrido en la que consideran que “aparte de parar algunos desahucios, es importante la formación porque nos educan para que vayamos a los bancos con la cabeza agachada, en vez de a negociar”, explica Pulido. El taller tiene un público objetivo muy extenso ya que “está dirigido a personas que tienen hipotecas y que sufren abusos por parte de los bancos y las cajas”. Según estiman en ADICAE, los hipotecados pagan más de lo que deberían al aceptar determinadas cláusulas (que pueden llegar a ser fraudulentas, como la del suelo) o seguros (que no cumplen su objetivo, como los de desempleo, o que no son necesarios, ya que el único imprescindible es el seguro de incendios). Atendiendo a sus cifras, la suma del Euribor (que lo establece el Banco Central Europeo), más el diferencial (que se ha dublicado en un año, pasando del 0,5% al 1%), supone el pago de unos 5.200 euros al año sólo de intereses.
Con respecto a la dación en pago, Pulido dice en el taller que se puede negociar a título individual con la entidad aunque no exista una ley que contemple esta opción: “Ha habido casos, en otras ciudades, en los que se ha conseguido que el banco se quede con la propiedad y saldar así la deuda, aunque también se puede llegar a otro acuerdo para entregar la propiedad y seguir viviendo en el piso pagando un alquiler al banco”. Otra de las opciones que plantean desde esta plataforma es la de realizar una negociación colectiva de dación en pago con una entidad concreta: “Si 100 personas piden en bloque negociar con Caja Madrid, la dación en pago resultaría mucho más fácil de conseguir, aparte del impacto en los medios”.
Una vez que el propietario deja de pagar la hipoteca, dispone de seis meses para que su expediente salga de la sucursal. Desde ADICAE recomiendan no esperar tanto para acudir al banco y exponer su situación, ya que existen fórmulas de negociación que pueden ayudar a estabilizar la situación. “Lo que sí es delito es el acoso de las agencias de recobros que piden el cobro de las cuotas impagadas y llaman, no sólo a los hipotecados, sino también a los familiares para presionarles; ante esa situación, lo mejor es poner una denuncia en la Policía”, aconseja Pulido.
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